La inteligencia emocional puede ayudarnos a saber entender y manejar mejor las emociones para adaptarnos a nuestro entorno.
¿Qué es la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es un concepto que engloba la capacidad de reconocer y entender nuestras emociones y las de los demás, y por tanto nos permite poder manejar mucho mejor lo que sentimos.
Este término se debe al psicólogo Daniel Goleman, tras la publicación de su obra Inteligencia emocional, en la cual hablaba de la importancia de comprender nuestras emociones y cómo estas influyen en la forma de comportarnos y en nuestro bienestar.
Llegar a comprender y gestionar nuestras emociones, puede ayudarnos también en las relaciones con los demás siendo más comprensivos y tolerantes.
La inteligencia emocional es un concepto muy amplio que engloba muchos aspectos, entre ellos destacan la autorregulación, el autocontrol, la empatía y la automotivación.
Estas habilidades se van desarrollando desde la infancia, y por tanto se pueden continuar aprendiendo y modificando durante toda nuestra vida.
¿Por qué son importantes las emociones?
Las emociones tienen una gran importancia en nuestro día a día y aprender a manejarlas es fundamental para mejorar nuestras relaciones y nuestro bienestar general.
Si nos paramos a pensar en nuestro día a día, gran parte de las decisiones que tomamos tienen un una gran influencia emocional, desde la elección de pareja hasta el cambio de casa o trabajo.
Las habilidades emocionales no sólo nos ayudan a relacionarnos mejor con los demás, si no que tienen una gran influencia en nuestra vida cotidiana y en nuestra salud.
La inteligencia emocional tiene una gran relación con la estabilidad emocional, la amabilidad o la responsabilidad, además de ayudar a mejorar la resolución de problemas interpersonales y manejar relaciones tóxicas.
Saber entender y manejar nuestras emociones puede ayudarnos en nuestras decisiones del día a día y nuestra salud en general.
Factores de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional engloba varios factores que la forman, los cuales nos ayudan a poder desarrollar nuestra comprensión y regulación emocional.
Autoconocimiento o autoconciencia emocional
El autoconocimiento es la habilidad de conocer nuestros propios sentimientos y emociones y saber cómo nos influyen.
Consiste en darse cuenta y saber reconocer nuestras emociones y entender la influencia que tienen en nosotros, en nuestra forma de comportarnos y actuar.
La autoconciencia emocional puede ayudar a saber reconocer cómo nos sentimos, y esto puede ayudarnos a la hora de tomar decisiones y relacionarnos con los demás, por ejemplo si nos encontramos nerviosos, saber reconocerlo puede ayudarnos a no tomar decisiones en ese momento hasta que estemos más tranquilos.
Conocerse a uno mismo es fundamental para poder entender nuestras emociones y pensamientos y mejorar nuestra inteligencia emocional. El autoconocimiento además, es una de las bases para desarrollar una adecuada autoestima.
Autocontrol emocional
El autocontrol nos ayuda a evaluar nuestras emociones y poder controlarlas, para no dejarnos dominar por ellas.
Esto nos ayudará a tener un mayor control sobre nuestras reacciones, actuar de una forma más reflexiva y no responder de forma impulsiva.
Aprender a parar, escucharse y tomar distancia de la situación, es muy beneficioso para no dejarnos llevar por las emociones y controlar la situación.
La capacidad de contenerse y saber calmarse a uno mismo, como puede ser ante un enfado con otra persona, puede ayudar a poder cambiar el foco de atención y así reducir la intensidad de dicha emoción para actuar de forma consciente y calmada.
Conocernos bien puede ayudarnos a manejar nuestras emociones y entender cómo nos influyen.
Automotivación
Aprender a escuchar nuestras necesidades y nuestros intereses, es fundamental para saber dirigir nuestro esfuerzo y atención a lo que deseamos y queremos conseguir.
Tenemos la capacidad de poder motivarnos a nosotros mismos para conseguir nuestros objetivos, y poder dejar atrás los miedos que a veces dificultan continuar en nuestro camino. Además, capacidad de saber motivarnos nos puede ayudar a conseguir nuestras metas a largo plazo y no enfocarnos sólo en los beneficios a corto plazo.
Empatía
La empatía o la capacidad de reconocer y entender las emociones en los demás, es un factor fundamental para poder establecer relaciones saludables con los demás.
La empatía nos puede ayudar a detectar en los demás sus sentimientos, emociones o preocupaciones más allá del lenguaje verbal, y de esta forma establecer vínculos más positivos y duraderos con los demás. Las personas empáticas tienen una mayor capacidad para ponerse en el lugar de los demás, entender cómo se sientan ante determinadas situaciones y por tanto comprenderles mejor.
Habilidades sociales o gestión emocional de relaciones
Las habilidades sociales son necesarias para saber desarrollar y mantener relaciones sanas con los demás en los distintos ámbitos de nuestra vida, tanto en el social como en otro como el área laboral.
Las habilidades sociales nos pueden ayudar a mejorar la comunicación con los demás, y saber comunicarnos de forma clara, pero también son necesarias para saber gestionar conflictos o trabajar en equipo.
Claves para desarrollar nuestra inteligencia emocional
La inteligencia emocional se puede aprender y desarrollar a lo largo de toda nuestra vida, aprendiendo a identificar y gestionar nuestras emociones para así poder entendernos mejor.
Al final del apartado encontrarás una infografía con estas claves.
Aprende a observarte e identificar tus emociones
Tenemos una gran dificultad para prestar atención a nuestras emociones, y la mayor parte del tiempo estamos desconectados de lo que sentimos.
El primer paso para poder mejorar tu inteligencia emocional, es comenzar a prestar atención a lo que sientes, cómo es esa sensación y qué te genera.
Todas las emociones son necesarias y tienen una función, por lo que no puedes eliminar las emociones que sientes, pero si puedes aprender a conectar con ellas y entender cómo te influyen.
Acepta tus emociones y no trates de negarlas
No existen emociones buenas y malas, y al contrario de lo que se suele pensar, todas las emociones tienen una función y son adaptativas.
Por eso es importante aceptar tus sentimientos, y entender que todas las emociones son humanas y que cada una de ellas tiene una utilidad. Por ejemplo, sentir tristeza nos puede ayudar a reflexionar acerca de lo que necesitamos y nos lleva a pedir ayuda si es necesario, así como el enfado nos ayuda a defendernos de algo que nos puede hacer daño.
Lo realmente importante es saber cómo gestionar y expresar esa emoción de forma saludable.
Mejora tu comprensión emocional
Es necesario que puedas ampliar tu vocabulario emocional, y entiendas los tipos de emociones que hay y cual es la función de cada una de ellas.
Las emociones básicas son las más conocidas: alegría, tristeza, enfado, miedo y asco, pero existen muchas más que también experimentamos como melancolía, frustración, angustia…etc.
Además de identificarlo, puede ayudarte comenzar a incorporar estas emociones en tu vocabulario. Por ejemplo,, si identifico que la emoción que estoy sintiendo es tristeza, debo aprender a decir “Estoy triste” para identificarme con la emoción que estoy sintiendo y así aprender a ponerle nombre a mi estado de ánimo.
Detecta tus mensajes corporales
Aprender a entender nuestro cuerpo y las señales que nos manda, es fundamental para mejorar nuestro autoconocimiento y entender cómo nos sentimos.
El cuerpo está muy relacionado con nuestra mente, y por tanto con nuestras emociones, y en muchas ocasiones mediante el cuerpo se expresan aquellas emociones que no estamos pudiendo sentir.
Aprende a observar las señales de tu cuerpo, los dolores o los síntomas que tienes y trata de entender que te están queriendo decir.
Controla tus pensamientos para poder manejar tus emociones
Las emociones son el resultado de nuestros pensamientos, por tanto, aprendiendo a identificar aquellos pensamientos negativos que no me ayudan en ciertos momentos, podré mejorar mi respuesta emocional.
Las emociones no se pueden modificar, pero sí podemos reflexionar acerca de lo que pensamos cuando nos ocurre una emoción determinada, y así entender qué es lo que genera esos sentimientos.
Aprender a expresar tus emociones
Mejorar tu asertividad puede ayudarte a poder expresar tus emociones y cómo te sientes en cada momento.
Una vez que hemos aprendido a identificar nuestras emociones, es necesario saber cómo expresarlas para poder comunicar a los demás cómo nos sentimos y lo que necesitamos.
Para hacer esto, puede ayudar definir la emoción que sentimos (por ejemplo tristeza) y la conducta que genera esa emoción (Ej. ruptura de pareja) y poder así expresarlo en primera persona “Me siento triste porque ha terminado mi relación de pareja”.
Realiza un diario emocional
Escribir es una forma muy positiva de expresar lo que sientes y poder sacarlo fuera.
Llevar un diario emocional, y dedicar un momento al día a expresar cómo te sientes o cómo te has sentido durante el día, puede ser muy beneficioso para desarrollar el hábito de expresar las emociones y dedicar un rato al día a observar cómo te sientes.
Escribir en este diario nos puede ayudar a identificar en qué áreas solemos tener más dificultades o qué emociones se repiten más en nuestro día a día.
