El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno mental en el que las personas experimentan pensamientos, sentimientos, imágenes o sensaciones no deseados y repetitivos (obsesiones) y se involucran en comportamientos o actos mentales (compulsiones) para cumplir dichas obsesiones.
A menudo, una persona con TOC lleva a cabo las compulsiones para eliminar o reducir temporalmente el impacto de las obsesiones, y el no llevarlas a cabo causa angustia y ansiedad.
Se estima que el TOC afecta a más del 2% de los adultos españoles en algún momento de sus vidas, y el problema puede estar acompañado de otras afecciones, como trastornos de ansiedad o depresión. Por lo general, aparece por primera vez en la infancia, la adolescencia o la adultez temprana.
Síntomas del trastorno obsesivo compulsivo
Los criterios diagnósticos del DSM-5 para el trastorno obsesivo-compulsivo incluyen la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas, dónde:
Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes que se experimentan como intrusivos e indeseables y que, para la mayoría de las personas, causan ansiedad o angustia. El individuo trata de ignorarlos, suprimirlos o neutralizarlos con un pensamiento o acción diferente.
Las obsesiones son comportamientos repetitivos o actos mentales que uno se siente obligado a hacer en respuesta a una obsesión o basados en reglas estrictas
Están destinados a contrarrestar la ansiedad o la angustia o a prevenir un evento o situación temida, pero no están conectados de manera realista con estos resultados, o son excesivos.
Estas obsesiones o compulsiones toman más de una hora al día o causan angustia o deterioro clínicamente significativo para el individuo. Para un diagnóstico de TOC, no debe explicarse por los efectos de una sustancia o por otro trastorno mental.
Pueden incluir pensamientos acerca de la contaminación, orden, o pensamientos tabúes relacionados con el sexo, la religión y el daño a uno mismo o a otros.
En respuesta a sus obsesiones, la mayoría de las personas con TOC recurren a las compulsiones, que pueden incluir comportamientos como lavarse, reordenar o contar objetos, buscar tranquilidad o verificar si se realizó una acción. También pueden incluir actos mentales que no son observables desde el exterior.
Las compulsiones pueden aliviar temporalmente los sentimientos que provienen de una obsesión, incluyendo ansiedad o angustia
Las personas con TOC varían en su grado de conocimiento del trastorno. Alguien con una buena comprensión puede reconocer que las creencias relacionadas con el TOC no son realmente verdaderas; alguien con una comprensión más pobre puede pensar que tales creencias son verdaderas o que es probable que sucedan.
Las personas con TOC con frecuencia también experimentan otros trastornos mentales:
Se estima que tres cuartas partes de adultos con TOC son diagnosticados, en algún momento, con diferentes trastornos de ansiedad (como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico).
Más de la mitad puede estar relacionado con un trastorno depresivo o bipolar.
También está relacionado con el trastorno de estrés postraumático, al desarrollar obsesiones y compulsiones relacionadas con el evento traumático.
Causas del TOC
Aunque las causas del trastorno obsesivo-compulsivo no se comprenden completamente, existen factores de riesgo tanto genéticos como ambientales.
Las personas que tienen un padre, hermano o hijo con TOC tienen mayor riesgo de tenerlo ellos mismos, y los estudios con gemelos confirman el papel de la influencia genética en el desarrollo del trastorno.
El abuso físico o sexual infantil y otros eventos traumáticos están asociados con un mayor riesgo de sufrir este trastorno.
La gravedad de los síntomas puede variar con el tiempo, pero el trastorno puede persistir durante años o décadas si no se trata
Tratamiento para el TOC
El trastorno obsesivo-compulsivo se trata típicamente con psicoterapia, medicamentos o ambos al mismo tiempo.
Este enfoque tiene como objetivo reducir gradualmente la ansiedad provocada por tales pensamientos y encuentros para que el individuo pueda manejar mejor los síntomas del TOC.
Los medicamentos llamados inhibidores de la recaptación de serotonina (IRS) e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) también se utilizan para tratar el TOC. Estos incluyen el antidepresivo clomipramina y los fármacos desarrollados más recientemente como la fluoxetina, la fluvoxamina y la sertralina. Se cree que los ISRS funcionan aumentando la cantidad de serotonina, un neurotransmisor en el cerebro, y se prescriben comúnmente para otras afecciones, incluidos los trastornos depresivos y de ansiedad. Pueden tardar hasta 12 semanas en producir una mejoría en los síntomas cuando se utilizan para tratar el TOC.